Blog

El blog de Coaching-Gestalt

cauce de un rio

El cauce de un río: cómo se forman nuestros patrones emocionales y qué papel tiene la psicoterapia

El cauce de un río

El ser humano se comporta como el cauce de un río.
Nace,
toma consciencia,
y poco a poco
va cavando en la ladera de la montaña.

Observa lo que sucede a su alrededor,
toma nota,
aprende,
y el cauce va tomando forma.

Cuando arrecia la tormenta y empieza a llover,
el agua siempre toma el mismo camino,
y eso nos tranquiliza;
siempre sabemos por dónde va a bajar el caudal.

Venimos preparados para intentar convertir,
cuanto antes,
todo nuestro mundo en predecible.
Es un mecanismo adaptativo tremendamente útil,
impreso en nuestros genes,
en cada una de las células que nos componen.

Tan intrínseco y evidente es,
que lo “inmortalizó” Hebb en 1949,
con su teoría de la Asamblea Neuronal:
“Dos neuronas que se disparan juntas, se mantienen juntas”.

Si la activación se produce al mismo tiempo,
ambas neuronas tenderán a hacerlo de nuevo.
Se dispararán juntas en el futuro…
una y otra vez.

Así es como organizamos, rapidito,
esquemas de afrontamiento,
maneras organizadas y resolutivas de actuar.

Cuando llueve,
cuando se desatan las emociones,
las gestionamos como dicte nuestro cauce;
el agua correrá por él
y nosotros sabremos que, al menos,
lo hemos predicho.

La recompensa es sustancial;
una embriagadora sensación de control y seguridad,
un enorme suspiro de alivio;
hemos apaciguado al peligro,
lo hemos contrarrestado.
Ya ha pasado todo,
y sabíamos cómo iba a suceder.

Pero esto no siempre es así.
La vida te espera,
agazapada en cualquier esquina,
tan impredecible como el oleaje de un mar furioso y violento.

¿Qué pasa cuando se desata una tormenta que no sabes encajar?
¿Y si la lluvia es distinta,
y si tus cauces no ayudan,
y si todo es incertidumbre y niebla?

Nuestro organismo empieza a temblar
y se pone en constante estado de alerta:
hiperventila,
enciende un cigarro,
empieza a pasearse en círculos por la casa.
A buscar desesperadamente un patrón,
una respuesta,
algo que aporte calma…

Una de nuestras estrategias favoritas es la de convertir la emoción en movimiento;
es muy efectiva,
nos funciona de maravilla.
Huimos hacia delante, actuamos nuestras emociones, y así evitamos sentirlas.
“Mejor un patrón dañino que ninguno…”

Aquí es donde la Psicoterapia tiene algo que decir.
Cuando el cauce que has ido construyendo durante años,
tu patrón de comportamiento,
tu manera de hacer…
te hace sufrir.
Te resuelven la tormenta durante un instante,
pero no son sostenibles.
No te ayudan a crecer,
no te hacen feliz, ni a ti ni a los que te rodean.

¿Qué se hace en terapia?
Tomar consciencia.
Traducir lo que se revuelve dentro de nosotros,
permitirnos bajar al sótano,
abrir las cajas de recuerdos,
entender el cómo y el por qué.
Aprender poco a poco a gestionar los conflictos,
a procesar el sufrimiento…
A generar patrones distintos.

Que no nos hagan daño,
que nos permitan enfrentarnos a la inseguridad,
al no saber qué va a pasar,
a las tormentas que nos tenga preparadas la vida.

Un nuevo cauce para el mismo río.

Un nuevo cauce para el mismo río

Cuando leí este texto por primera vez, sentí que algo dentro de mí asentía en silencio. Como terapeuta, y también como ser humano en continuo proceso de autoconocimiento, reconozco en estas líneas la manera en la que construimos nuestras formas de estar en el mundo: intentando dar sentido, buscando control, organizando lo incierto.

A lo largo de nuestra vida, sin apenas darnos cuenta, vamos moldeando nuestros “cauces” emocionales: formas de reaccionar, de protegernos, de vincularnos. Y lo hacemos con lo que tenemos, con lo que pudimos aprender, con los recursos que entonces estaban a nuestro alcance. Pero llega un momento en el que esos caminos que antes nos sirvieron empiezan a doler, a limitarnos, a aislarnos o a hacernos repetir historias que ya no queremos vivir.

A veces es necesario que el agua desborde para descubrir que el cauce que hemos construido ya no nos contiene, que necesitamos excavar nuevos caminos para que la vida fluya sin destruirnos por dentro.

Qué es y para qué sirve la psicoterapia

Un nuevo cauce para el mismo río

Cuando leí este texto por primera vez, sentí que algo dentro de mí asentía en silencio. Como terapeuta, y también como ser humano en continuo proceso de autoconocimiento, reconozco en estas líneas la manera en la que construimos nuestras formas de estar en el mundo: intentando dar sentido, buscando control, organizando lo incierto.

A lo largo de nuestra vida, sin apenas darnos cuenta, vamos moldeando nuestros “cauces” emocionales: formas de reaccionar, de protegernos, de vincularnos. Y lo hacemos con lo que tenemos, con lo que pudimos aprender, con los recursos que entonces estaban a nuestro alcance. Pero llega un momento en el que esos caminos que antes nos sirvieron empiezan a doler, a limitarnos, a aislarnos o a hacernos repetir historias que ya no queremos vivir.

A veces es necesario que el agua desborde para descubrir que el cauce que hemos construido ya no nos contiene, que necesitamos excavar nuevos caminos para que la vida fluya sin destruirnos por dentro.

Muchas personas llegan a consulta preguntándose qué es y para qué sirve la psicoterapia. Y la respuesta no siempre es inmediata, porque no hay una única definición ni un solo objetivo. La psicoterapia no es solo un espacio para hablar: es un proceso profundo de autoconocimiento, de revisión de patrones, de contacto con lo emocional. Sirve para entender cómo nos construimos, por qué reaccionamos como lo hacemos y, sobre todo, para abrir nuevas formas de estar en el mundo, más libres y coherentes con lo que necesitamos hoy.

La psicoterapia te ayuda a moldear tu cauce. Ese momento —tan desconcertante como necesario— es también una puerta. Porque justo ahí empieza el trabajo terapéutico: darnos cuenta, respirar dentro del dolor, revisar lo que nos contamos y abrir espacio para que algo nuevo pueda nacer.

En terapia aprendemos a dejar de ser cauce por inercia y a convertirnos en arquitectos de nuestro propio paisaje emocional: eligiendo, con conciencia, por dónde queremos que circule el agua.

Acompaño a muchas personas —y muchas parejas— en ese tránsito. En el reconocimiento de sus patrones, en la dificultad de cambiar lo aprendido, en la posibilidad de abrir un nuevo cauce, más consciente, más libre, más amoroso. Y aunque el proceso a veces es incómodo, también es profundamente liberador.

Si sientes que quieres abrir una puerta o una ventana en tu vida y vivir una vida con más sentido, comienza tu proceso de psicoterapia.

Texto: J.L. Marín

Imagen: @coachinggestalt

Deja una respuesta

El Blog

El blog de Coaching-Gestalt es un espacio para compartir. Encontrarás artículos relacionados con psicología, coaching, lecturas recomendadas, reflexiones en modo de historias sobre el Camino de Santiago. Me gustará recibir tus comentarios y te aclararé las dudas que te puedan surgir sobre los temas desarrollados.

Elena Cocho

Realizo terapia individual con adultos, atiendo parejas, asesoro a padres en temas de educación y de gestión de emociones, acompaño a ejecutivos y directivos en sesiones de coaching e imparto talleres.

Últimos artículos

Temáticas

Superar una infidelidad con terapia de pareja

La infidelidad es la punta del iceberg, es decir, es el emergente, e indica que la dinámica entre la pareja necesita cambiar, que el contrato establecido al inicio de la pareja se tiene que renegociar

Libro: El divorcio que nos une

El libro está escrito a modo de correspondencia entre dos psicólogas que van abordando diferentes temas relacionados con la vida en pareja de manera sincera y clara.