Análisis de divorcios en los últimos años en España
Según el INE, en el 2023 los divorcios disminuyeron un 5,7% respecto al 2022. La edad crítica según el INE está entre los 40 y los 49 años: para las mujeres, en concreto, son los 46; para los hombres, los 48 años. El INE afirma que los matrimonios tuvieron una duración media de 16,45 años. Datos similares a 2022. Así, el 32,0 % de los divorcios se produjo después de 20 años de matrimonio o más.
El Instituto de Políticas Familiares (IPF) afirma que la llamada Ley del Divorcio Exprés y la salida de la crisis económica son las causas del incremento de las rupturas matrimoniales (entre los años 2014 a 2017). Desde el 2017 los divorcios están en descenso; todo parece apuntar a la crisis económica.
A mi consulta llegan muchas personas con dificultades en las relaciones de pareja, sobre todo dificultades para mantener una relación de pareja de manera armoniosa. Unas personas se aburren con facilidad, otras siempre encuentran a un compañero que le es infiel, otras se encuentran con un Peter Pan más interesado en seguir con vida de jovenzuelo, otros encuentran que sus parejas no están interesadas en el sexo…
Crisis en las parejas
A la luz de los datos, cada vez hay más dificultad para mantener la pareja. Según mi experiencia clínica, las crisis en las parejas son debidas a:
- Nacimiento de hijos
- Infidelidades
- Problemas sexuales
- Dificultades en la comunicación
- Problemas con las familias de origen
Nacimiento de hijos
Con el nacimiento de los hijos, la pareja se transforma; se deja de ser dos para convertirse en tres.
Es muy importante asimilar que la nueva vida será diferente, no por ello peor. Los planes dejarán de ser siempre de noche para ser siempre de día (o casi siempre) y la mayoría de las veces, en torno al bebé y después al niño, al menos será así durante los primeros años de vida del bebé.
Es importante, aunque se tenga un bebé, seguir manteniendo tiempo a solas con la pareja, hacer salidas como pareja, sin los niños, para seguir manteniendo viva la comunicación y la relación con la pareja.
Una persona que cree no haber vivido lo suficiente y añora su etapa anterior puede que no asimile bien su nueva faceta de padre, algo que, sin duda, le generará muchas frustraciones.
Es muy importante que los dos miembros de la pareja colaboren con los cuidados del bebé. Hay madres que acaparan a los hijos como si fuesen exclusivos y el hombre se queda fuera de un binomio creado entre la madre y el hijo.
Hay hombres a quienes les cuesta tomar su nuevo rol de padres, y por miedo a no hacerlo bien, participan poco o nada en la crianza de sus bebés. Una buena tarea para los padres, para aliviar a la madre que necesita descansar, y también para establecer vínculos con el bebé, es quitarle los gases y cambiarle los pañales. Cuando son niños, una buena tarea para los padres puede ser la hora del baño, y llevarles al colegio o al parque.
Las madres necesitan aprender a delegar y tolerar que las tareas se pueden hacer de muchas maneras diferentes y todas están bien.
Infidelidades
Second Love afirma que el 40% de las mujeres tienen aventuras ocasionales, y que en el caso de los hombres esta cifra aumenta hasta el 60%. Aunque socialmente el tema de las infidelidades cada vez se trata con más banalidad, por mi experiencia acompañando parejas, las infidelidades son la punta del iceberg. Son el síntoma de que algo está fallando en la relación de pareja. La infidelidad irrumpe y sacude a la pareja, para producir cambios que, no ser por la infidelidad, no se hubiesen planteado. Algunas veces, hay que dar las gracias al tercero, al amante, que apareció para poder cambiar para bien la relación de la pareja.
El infiel suele tener mala prensa; sin embargo, por mi observación clínica, de más de diez años trabajando con parejas, el infiel por lo general sufre muchísimo por la doble vida en la que suele terminar inmerso. Es muy común que el «infiel» suela ser un miembro muy comprometido con la pareja, aunque suene a paradoja. La infidelidad es una manera de triangular en la pareja; algunas veces es la manera de poder «aguantar» en la relación, y darse cuenta de los valores de la pareja. Cuando creemos que vamos a perder a alguien, comenzamos a verle con otros ojos.
La empresa Sondea asegura que en España poco más de una tercera parte de personas ha sido infiel alguna vez en su vida, con porcentajes casi idénticos entre hombres y mujeres.
Parece que las infidelidades no son un tema de sexo, sino una cuestión de aburrimiento, crisis, búsqueda de novedad; cada pareja tiene que ver qué les ha conducido a una crisis por infidelidad.
Problemas sexuales
Hay parejas que dicen no entenderse sexualmente; por lo general, el sexo es una expresión de nuestra vida; si somos muy contenidos, seguramente también lo seremos en el sexo; si somos desconfiados, lo más probable es que no terminemos de entregarnos a nuestro compañero. Si somos secos o fríos, seguramente tampoco seamos demasiado cálidos o sensuales… Las dificultades sexuales son una expresión de nuestras dificultades emocionales.
Para el doctor Michael Karson, profesor de psicología de la Universidad de Denver, no cabe duda de que el placer del sexo crea un vínculo en la pareja que es el que garantiza el compañerismo entre las partes. Hay matrimonios en los que el sexo desaparece por completo y esto les lleva al distanciamiento y la ruptura emocional, que no tiene por qué ser física.
Para poder gozar de una vida sexual satisfactoria es fundamental pasar tiempo a solas, tocarse, mirarse, acariciarse, darse un masaje. Igual que se planifica un viaje, o ir a ver una película, también se puede planificar y «quedar» para tener un encuentro sexual. Últimamente escucho mucho «el sexo me da pereza», y otras cosas de la vida también, y nos ponemos y las disfrutamos. Si nos dejamos llevar por la pereza, la desgana y la desmotivación, terminamos «muertos» emocional y psicológicamente.
Dificultades en la comunicación
La mayoría de los casos de parejas que sufren dificultades en la relación presenta problemas de comunicación; uno dice una cosa y el otro interpreta o da un significado a lo dicho, que le duele o le genera enfado, y se crea una desavenencia o un enfado.
En general, no nos enseñan a comunicarnos emocionalmente, y en la vida necesitamos la comunicación emocional, y mucho más cuando vivimos en pareja.
Si el contenido de la comunicación en la pareja gira en torno al trabajo, los hijos, las familias y no hay comunicación sobre cómo estamos entre nosotros, es decir, no hablamos del mundo emocional de pareja, de cómo nos sentimos el uno con el otro, no nos decimos «te quiero», «me gustas»… Las parejas terminan enfriándose, y distanciándose.
A lo largo de la vida de pareja, las necesidades y deseos individuales cambian y tenemos que aprender a expresarlos y a negociar con nuestras parejas.
Lo que nos hace querer estar con el otro es el amor, el amor que se cultiva con cercanía, cariño, ilusión, aprecio, respeto, deseo, sensualidad, libertad.
Problemas con las familias de origen
Las parejas necesitan intimidad; a las suegras y demás familia hay que gestionarlas y poner límites, pero el mayor problema no está en que las familias de origen quieran interferir en la convivencia de la pareja, sino que hay parejas o miembros de la pareja que no pueden estar sin uno de los progenitores. Hay parejas que parece que sus vacaciones se titulan «no sin mi mamá»; van con la madre a todos los sitios. Esto parece una evitación de la intimidad de la pareja.
Hay mujeres que se quejan porque su marido llama más a su madre o hace caso a lo que dice su madre que a ella y sus opiniones y viceversa, hombres que afirman que están hartos de la dependencia que tienen sus mujeres con sus madres, mujeres «pegadas» a sus madres, que le dan más valor a lo que dice la madre que a lo que su marido hace.
Hay casos en los que las familias de origen interfieren mucho en la pareja. Siguen tratando a la pareja como si fuese una pareja de colegiales, en vez de una pareja adulta y madura. Esto se agrava cuando la pareja tiene hijos y la educación y la crianza de los hijos comienza a ser gestionada por los abuelos en vez de por los padres.
La pareja necesita tener intimidad, tomar las decisiones entre los miembros de la pareja y que las familias de origen queden en un segundo lugar, que participen, pero que no sean los protagonistas.
Terapia de pareja para mejorar la convivencia
¿Cómo haces para salir de la crisis de pareja y mejorar tu convivencia? Con sesiones de terapia de pareja. Te puedo ayudar con sesiones personalizadas. Atiendo presencialmente en Madrid, zona Plaza de Castilla, también online. Soy psicóloga y terapeuta de parejas. Contacto: Elena Cocho García, móvil 660-51-86-62.
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