Consecuencias emocionales de un despido laboral
En tiempos de crisis las empresas aligeran sus estructuras y muchos profesionales se quedan sin trabajo, lo que genera sentimientos de falta de valía, desconfianza en uno mismo, inseguridad. Entonces surgen muchas preguntas en la persona despedida: ¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho mal? ¿Qué me falta? ¿Cuál ha sido mi error? ¿Por qué yo y no mi compañero que trabaja menos que yo? ¿Seré capaz de encontrar trabajo? ¿Cómo se lo digo a mi mujer? ¿Qué pensarán mis hijos de mí?
Algunas personas reaccionan enfadándose: «mi jefe es un impresentable», «después de tanto esfuerzo, me lo pagan así», es decir, ponen toda responsabilidad fuera de ellos mismos.
Otras personas reaccionan deprimiéndose y machacándose: «Seré que no soy suficientemente bueno», «tengo que esforzarme más, si ya me lo decían en el performance/evaluación», «tengo que aprender a callarme y ser más político», «tengo que aprender a venderme mejor», es decir, ponen toda responsabilidad en sí mismos, toda la responsabilidad dentro.
Nuestra autoestima se ve afectada después de un despido
Entre poner toda la responsabilidad fuera y poner toda la responsabilidad dentro hay una gran diferencia. Cuando ponemos toda la responsabilidad dentro, nos tratamos mal, nos acusamos y nos despreciamos, y el concepto que tenemos de nosotros mismos se ve debilitado, y, por tanto, la autoestima disminuye. Nuestra cabeza nos dice una cosa: «no pasa nada», «soy bueno en mi trabajo», «esto es una oportunidad para cambiar», «voy a encontrar trabajo», «si me han hecho un favor», y nuestro cuerpo nos transmite otro mensaje diferente (dolor en el pecho, nudo en la boca del estómago, alteraciones del sueño, sensación de angustia, ansiedad…), todo ello nos indica que nos sentimos mal, que nos tambaleamos y comienza una guerra entre la razón y el corazón.
El coaching laboral te puede ayudar a superar un despido
Fases del proceso de coaching:
1. Cerrar y despedirte
Lo primero es identificar cómo te sientes con la nueva situación, cómo te sientes con tu ex-empresa, cómo te sientes con tu ex-jefe, tu ex-equipo, tus ex-homólogos… cómo te sientes en este momento de tu vida.
Este proceso es vital; muchas personas creen que por estar enfadados o indignados será más fácil cerrar esta etapa, y bastante lejos de la realidad. Ayudo a que pongas nombre a las emociones y a que puedas cerrar y despedirte de tu etapa anterior. Es importante, en la medida de lo posible, expresar todos los temas pendientes con jefes, compañeros, colaboradores y con la organización como entidad.
Sentirnos heridos, rechazados y niños pequeños indefensos son emociones habituales que a muchas personas les asusta reconocer que sienten. Necesitamos soltar lastre, sentirnos limpios, ligeros, empoderados, seguros para poder avanzar, para ir hacia adelante, para construir nuevas metas y objetivos en nuestra vida. Expresar las emociones nos ayuda a soltar y a pasar página.
2. ¿Cuál es mi meta profesional?
Para poder comenzar a caminar, hay que saber qué quieres hacer: ¿Dónde quieres trabajar? ¿Cómo te gustaría que fuese tu vida laboral? ¿Qué esperas de tu vida profesional? ¿Qué te aporta tu vida profesional? ¿Cuánto tiempo quieres? Una vez diseñada la meta, vamos trabajando por objetivos para alcanzarla, a través de preguntas potentes: ¿Qué quieres hacer con tu vida? ¿Qué te apasiona? ¿A qué te quieres dedicar? ¿Qué deseas? ¿Cuáles son tus valores? ¿Quién te va a apoyar en este cambio? ¿De qué recursos personales dispones?
3. Abrir diferentes perspectivas y ser flexible
Te pueden surgir dudas, puedes dudar de tu capacidad, de tus recursos, o sentir que no vas a poder, que es muy difícil. Solamente ves problemas, inconvenientes y ahí comienzan las quejas, la sensación de miedo y la parálisis. Los problemas hay que afrontarlos, explorar posibles soluciones y reducir la distancia entre la visión actual y la solución.
4. Los cambios laborales son una oportunidad personal
Pasamos tanto tiempo en el trabajo que solemos estar muy identificados con nuestra actividad profesional. Soy lo que hago. Si perdemos el trabajo, nos sentimos en el aire, pero desde esa perspectiva nos agarra el miedo y la parálisis. Poder ver los cambios como oportunidades, nos ayuda a transitar por los mismos con mayor ligereza y creatividad.
Nos cuesta cambiar, aunque lo deseemos, por miedos, inseguridades y también por pereza. Un cambio externo que nos agita, como un despido, es una oportunidad para hacer algo distinto y novedoso. Entonces, ¿puede ser un despido una oportunidad? Una oportunidad de desarrollo personal y profesional en lugar de un fracaso personal y laboral.
¡No nos engañemos! Cuando algo nos afecta en lo profesional, nos lo llevamos a la vida personal. Contar a la familia que nos han despedido es un trago, los hijos hacen preguntas y tenemos que transmitirles seguridad, los padres quieren saber y suelen preocuparse, las parejas pueden sentir miedo e incertidumbre. Por ello, es importante, contar con un apoyo profesional.
Coaching laboral para superar un despido
Vivir un despido no es fácil -y más en tiempos de crisis-; las personas que pasan por un proceso de desarrollo profesional, como es un proceso de coaching laboral, salen fortalecidas, con más determinación, sintiendo más confianza en sí mismas, más empoderadas y con más herramientas para comenzar de nuevo su trayectoria profesional.
Si has vivido un despido y necesitas ayuda para afrontarlo, puedo ayudarte en el proceso. Solicítame una sesión de coaching laboral. Soy psicóloga y coach laboral; tengo el despacho en Madrid, en zona Nuevos Ministerios, Orense, Cuatro Caminos. Puedes localizarme en el 660-51-86-62
NOTA:
La autoestima es la opinión emocional profunda que los individuos tienen de sí mismos, y que sobrepasa en sus causas la racionalización y la lógica de dicho individuo. También se puede expresar como el amor que tenemos hacia nosotros mismos. Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Autoestima»
El autoconcepto es la imagen del yo que tiene cada persona, la construcción mental de cómo se percibe a sí misma. Si este concepto es positivo, mejorará la autoestima. El autoconcepto incluye todos los parámetros que son relevantes para la persona: desde la apariencia física hasta las habilidades o creencias. Destacamos tres características esenciales: No es innato: el autoconcepto se va formando con la experiencia y la imagen proyectada o percibida en los otros. Es un todo organizado: el individuo tiende a ignorar las variables que percibe de él mismo que no se ajustan al conjunto y tiene su propia jerarquía de atributos a valorar. Es dinámica: puede modificarse con nuevos datos, provenientes de una reinterpretación de la propia personalidad o de juicios ajenos. Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Aut