La Navidad: Tiempo de renacer, reflexionar y amar
La Navidad es un tiempo especial, un momento para renacer, abrazar nuevas oportunidades y celebrar. Las calles se llenan de luces, el frío se entremezcla con el calor humano de los reencuentros, los dulces endulzan las sobremesas, y todo parece teñirse de felicidad… ¿o no?
Recientemente, leí un artículo de Pilar Jericó titulado “Dame una Navidad Feliz”. Me hizo reflexionar y plantearme una pregunta: ¿por qué centrarnos solo en una Navidad feliz? ¿Por qué no extender ese deseo a otros momentos del año, como una Semana Santa o un verano feliz? Sin embargo, quizá la respuesta esté en que la Navidad simboliza renacer, nuevas oportunidades y la celebración de lo que somos y lo que podemos llegar a ser.
Navidad y las rupturas de pareja
Para muchas personas, la Navidad no es solo luces y alegría, sino un período de supervivencia emocional. ¿Cuántas veces hemos escuchado frases como “sobrevivir a la Navidad y no morir en el intento”? Esta época suele llenarse de compromisos familiares y de pareja, lo que lleva a muchas personas a olvidarse de sí mismas, de lo que realmente necesitan y desean.
Esa desconexión consigo mismos puede tener consecuencias graves. El psiquiatra Javier Criado ha señalado que, tras la Navidad y otros períodos vacacionales, aumenta el número de rupturas de pareja. Según recoge ABC de Sevilla, las demandas de divorcio crecen en enero. Esto ocurre porque, al intentar encajar en expectativas ajenas y soportar situaciones insatisfactorias, acumulamos rabia e insatisfacción que terminamos descargando en quienes más queremos.
La clave para evitar esto es el respeto: no solo hacia los demás, sino hacia nosotros mismos. Respetar lo que sentimos, lo que necesitamos, y ser honestos con nuestras parejas y seres queridos es fundamental para encontrar una auténtica felicidad.
Vivir la Navidad desde el amor propio
La Navidad puede ser un tiempo de reflexión y de cierre de ciclos. Es el momento perfecto para mirar hacia atrás, aprender de lo vivido y llenarnos de esperanza por lo que está por venir. Pero todo comienza por un acto de amor: el amor hacia nosotros mismos.
Este año, os invito a que os améis tanto como amáis a vuestros hijos, a que os respetéis como deseáis ser respetados por los demás. Porque solo cuando estamos bien con nosotros mismos podemos compartir esa felicidad con quienes nos rodean.
A todos vosotros, gracias por las enseñanzas que compartís conmigo día a día.
¡Feliz Navidad! Que este sea un tiempo de amor, respeto y nuevas oportunidades para todos.