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como poner limites amorosos a nuestros hijos

¿Cómo poner límites amorosos a nuestros hijos?

El amor nunca puede faltar

En una sesión una paciente me preguntó qué me parecía un castigo que estaba pensando imponer a su hija. De esa pregunta, de mi reflexión posterior, y de mi devolución surge este post.

Los castigos siempre tienen que ser amorosos; en realidad, para relacionarnos de forma saludable, necesitamos poner a todo lo que hacemos una buena dosis de amor, hasta a la tarea más rutinaria y banal de la vida. Cuando cocinamos, el guiso nos sabe mejor cuando está hecho con amor, con cuidado, con esmero, y con paciencia; pues igual para el resto de aspectos de la vida.

Es necesario para cuidar la salud psíquica de nuestros hijos que los padres pongamos límites desde el AMOR y el respeto. Nuestra obligación como padres es poner límites, decir “No”, frustrar a nuestros menores sin que el amor esté en cuestionamiento; es decir, lo tenemos que hacer de tal manera que, nuestro hijo cuando reciba el límite nunca cuestione si le queremos o no. Otro asunto es que nos quiera manipular diciéndonos “es que no me quieres”, pero ese es tema de otro post que puedo titular “la manipulación de los hijos”.

¿Cómo podemos poner límites con amor?

Conectándonos con nuestra ternura interior, recordando nuestra biografía y rememorando lo que nosotros necesitamos a la edad en la que se encuentra nuestro hijo/hija, evitando la hostilidad y la violencia. Podemos usar fuerza, pero nunca hostilidad; nunca tener la intención de machacar, degradar o humillar al otro, y menos a nuestro hijo/a.

Una cosa es la fuerza y otra la hostilidad. La hostilidad hace referencia a querer eliminar, machacar, fulminar al otro. Necesitamos expresarnos con un adecuado balance entre nuestra ternura y nuestra agresividad.

Los humanos necesitamos pertenecer al clan

Los humanos somos seres gregarios, necesitamos relacionarnos con los de nuestra especie para sobrevivir y desarrollarnos, necesitamos sentirnos pertenecientes a ella. En la antigüedad se usaba como castigo la expulsión de la comunidad, poniendo al miembro expulsado a merced de peligros externos al clan y también a merced del sentimiento de culpa, vergüenza e inadecuación.

Para poner límites adecuados, en vez de aplicar un castigo, implanta la consecuencia natural de la acción. Es decir, si tu hijo/a se salta el límite de la hora de llegada, puedes establecer: “no vas a dormir hasta el medio-día, te vas a levantar a tu hora habitual (por la mañana) y por tanto vas a dormir menos”; “llegar diez minutos tarde equivale a una hora sin salir”; “vas a colaborar en trabajos comunitarios o en el hogar como una forma de pedir perdón y pagar una penitencia por la pillería”.

Nuestros hijos necesitan ser queridos y reconocido por quienes son, y no por lo que a sus padres les gustaría que fueran para alimentar su propio narcisismo (Juanjo Albert).

¿Estás buscando coaching para padres en Madrid? Puedo ayudarte a mejorar la relación con tus hijos, soy Psicóloga, psicoterapueta. Tengo consulta presencial en Madrid, zona Nuevos Ministerios/ Orense / Cuatro Caminos. Puedes localizarme en el 660-51-86-62 y en elenacocho@gmail.com.

Foto: Cristina García Rodero

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El blog de Coaching-Gestalt es un espacio para compartir. Encontrarás artículos relacionados con psicología, coaching, lecturas recomendadas, reflexiones en modo de historias sobre el Camino de Santiago. Me gustará recibir tus comentarios y te aclararé las dudas que te puedan surgir sobre los temas desarrollados.

Elena Cocho

Realizo terapia individual con adultos, atiendo parejas, asesoro a padres en temas de educación y de gestión de emociones, acompaño a ejecutivos y directivos en sesiones de coaching e imparto talleres.

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