Se han escrito muchos libros de cómo ser buenos padres, que hablan de técnicas disciplinarias, de cómo poner límites, de cómo aprender a comunicarnos con nuestros hijos, de educar sin castigos, etc. Cada escuela psicológica nos presenta una manera de abordar estos temas. Las mismas aportan técnicas que constituyen la expresión práctica de las ideas que caracterizan a un sistema dado y que pueden ser consideradas como una definición conductual de esa escuela psicológica. Pero no son estas técnicas, a mi modo de ver, las que dan cuenta del éxito de ser padres, sino la relación que establecemos con ellos.
El modo de ser padre radica en la relación entre el padre y el hijo
La importancia de ser padres radica en el proceso de la relación personal entre padre y el hijo; es la naturaleza de esta relación la que la diferencia, de hecho, del modo de ser padres. Y es ahí donde yo pongo el acento.
Podemos ser padres desde una actitud de respeto hacia lo que son nuestros hijos, sin llevar a cabo un intento de manipularlos y sí en un intento de acompañarlos desde dentro.
Podemos ser padres desde una actitud de presencia, de estar conscientes, siendo responsables con nuestros deseos y necesidades y las de nuestros hijos.
Podemos ser padres desde una actitud de aceptar y contemplar los aspectos aparentemente indeseables, tanto los nuestros como los de nuestros hijos, dejándoles un espacio, sin juzgarlos, asumiendo también el dolor que estos nos pueden producir.
Podemos ser padres desde una actitud de aprender de nuestros hijos, su capacidad innata hacia la experiencia directa de las cosas y no la de hablar de ellas
La educación emocional es nuestra esperanza para crear una sociedad consciente
La educación emocional es mucho más que enseñar a nuestros hijos a identificar sus emociones. Es equiparlos con las herramientas necesarias para navegar por la vida de manera saludable. Al desarrollar habilidades como la escucha activa, la autoconciencia, la compasión y la regulación emocional, los niños aprenden a construir relaciones significativas, a resolver conflictos de manera pacífica y a enfrentar los desafíos de la vida con resiliencia. A largo plazo, esto se traduce en adultos más sanos y conscientes. La educación es fundamental para la evolución de la sociedad. :
Lejos de constituir un lujo, una educación nueva, es una necesidad urgente, y es también nuestra mayor esperanza… Puede decirse que una educación orientada al individuo entero está de por sí orientada hacia una totalidad más vasta, es una educación para un mundo unificado… Un individuo no puede considerarse completo si carece de una visión general del mundo, si no posee un sentimiento de hermandad. Claudio Naranjo
Pensemos que ser padres conscientes no solo nos ayudará a educar a nuestros hijos en su desarrollo íntegro, sino que puede tener profundos efectos en la sociedad de la que formamos parte. Una sociedad con seres conscientes, está destinada a ser una sociedad consciente.
¿Cómo puede el coaching para padres ayudar a los adultos a mejorar la relación con sus hijos?
El coaching para padres ofrece un espacio seguro donde los adultos pueden explorar sus creencias y patrones de comportamiento en relación con la crianza. A través de este proceso, aprenden a cultivar la presencia en sus interacciones con sus hijos, a escuchar activamente y a validar sus emociones. Esto fomentará un ambiente de respeto mutuo y confianza, donde los hijos se sentirán seguros para expresar sus pensamientos y sentimientos. Al aceptar las imperfecciones tanto propias como de sus hijos y al fomentar una actitud de aprendizaje continuo, los padres pueden construir relaciones más sólidas y significativas.
Si buscas un coach en Madrid, puedo acompañarte. Soy psicóloga, psicoterapeuta y coach. Tengo el despacho en Madrid, zona Nuevos Ministerios. Puedes localizarme en el 660-52-86-62.
Si eres padre y quieres saber más sobre cómo el coaching te puede ayudar a mejorar la comunicación y la relación con tus hijos, puedes leer la entrevista que me han hecho para apuntes de Psicología, aquí.
Este artículo está inspirado en la tesina de Cristina Abete, publicada en 2013 en la AETG.
Imagen de Tawny Nina Botha en Pixabay