Cómo actúa una mujer después de una infidelidad: reflexiones desde La mujer rota
El relato La mujer rota, de Simone de Beauvoir (1967), la protagonista es Monique, una mujer de unos 45 años que ha construido toda su vida alrededor de su marido Maurice y sus hijas. Maurice es un hombre exitoso, centrado en su carrera, mientras Noëlle, su amante, es una mujer joven, vital, independiente y ambiciosa. Representa para él lo nuevo, lo vivo, lo que ya no encuentra en su matrimonio.
Monique, en cambio, ha sacrificado su carrera profesional y sus propios deseos para apoyar la de su marido y criar a sus hijas. Se ha convertido en la esposa perfecta, la madre abnegada, la mujer que mantiene la estabilidad familiar. Pero cuando las hijas se marchan de casa y el matrimonio cae en la rutina, se enfrenta a un vacío existencial: “Ya no me besa en la boca. Me siento perfectamente miserable.”
Beauvoir retrata aquí a muchas mujeres que, al vivir para otros, se desconectan de sí mismas. Cuando la infidelidad aparece, se tambalea no solo la relación, sino toda la identidad construida en torno a ella.
Cuando la pareja lleva mucho tiempo: señales y dinámicas comunes
En las relaciones de larga duración suelen repetirse ciertos patrones que predisponen a la distancia emocional:
- Sacrificios de la mujer: su vida profesional o personal pasa a un segundo plano.
- Olvido de sí misma: se dedica tanto a los demás que deja de preguntarse qué quiere o necesita.
- Rutina y aburrimiento: la pasión se apaga y el vínculo se vuelve funcional.
- Seguir juntos por comodidad o imagen: mantener la estabilidad social pesa más que la autenticidad.
- Pérdida de pasión y deseo: ambos se convierten en compañeros, más que en amantes.
- Vacío tras la emancipación de los hijos: la mujer se enfrenta a una libertad que a veces da miedo, porque ya no sabe quién es fuera de su rol familiar.
En palabras de la protagonista: “¿Quién soy? Tal vez una especie de parásito que se alimenta de la vida de los demás.”
Después de una infidelidad: el derrumbe interior
Cuando Monique descubre la traición, su mundo se desmorona. Lo que describe Beauvoir es un proceso psicológico que muchas mujeres viven tras una infidelidad.
- Desorientación y necesidad de comprender
“¿Por qué ya no me quiere? Habrá que saber por qué me ha querido.”
El primer impulso es buscar explicaciones. La mujer se siente confundida, incrédula, traicionada, intentando entender qué ha fallado.
- Pérdida de identidad
Monique se da cuenta de que ha vivido a través del otro: “Estaba congelada en el papel de esposa ideal de un marido ideal.”
Cuando el otro ya no la necesita, ella se queda sin referencia: “¿Quién soy ahora? ¿Cómo me ven los demás?”
- Miedo a la soledad y al vacío
La infidelidad no solo rompe la pareja, sino el sentido de pertenencia. Aparece el miedo a quedarse sola, al silencio, a un futuro sin rumbo.
- Celos y comparación con la amante
“¿La preferirá a mí?” La protagonista espía los pasos del marido, revisa, sospecha, compara su cuerpo, su carácter, su forma de ser. La amante se convierte en un espejo doloroso de lo que siente haber perdido.
- Reproches, rabia y tristeza
Aparecen oleadas de cólera, pena, resentimiento y culpa. La mente oscila entre el deseo de perdonar y la necesidad de castigar.
“Cada vez creo haber tocado fondo. Pero me hundo un poco más en la duda y la desdicha.”
- Duda generalizada
Cuando ha habido mentiras, todo se pone en entredicho: la historia compartida, los recuerdos, incluso la percepción de la realidad.
- Intento de reconquista
Algunas mujeres, como Monique, sienten la necesidad de “volver a conquistarlo”, porque toda su identidad ha girado en torno al amor del otro.
- Depresión y agotamiento emocional
El dolor de la pérdida, la confusión y el miedo al cambio pueden derivar en tristeza profunda, apatía y sensación de vacío.
- Miedo a la ruptura
Aunque la relación esté dañada, romper da vértigo. Surgen pensamientos como: “¿Y si no puedo sola? ¿Y si nadie más me quiere? ¿Y si me arrepiento?”.
Beauvoir resume este proceso con crudeza: “He vivido solo para él. Y él, por un capricho, ha traicionado nuestros juramentos.”
Cómo ayuda la psicoterapia de mujeres después de una infidelidad
Desde la psicoterapia de mujeres, el acompañamiento busca reconstruir lo que la infidelidad ha desorganizado: la identidad, la autoestima, el sentido de vida y la capacidad de vincularse desde un lugar más libre.
- Recuperar la identidad
Volver a conectar con el “yo” más allá del rol de esposa o madre. Redescubrir qué le gusta, qué desea, qué necesita.
- Validar las emociones
Permitir sentir rabia, tristeza, decepción, miedo o culpa sin juzgarse. Todas las emociones forman parte del duelo.
- Analizar las dinámicas de la relación
Comprender qué se fue perdiendo en la pareja: comunicación, pasión, cuidado mutuo, complicidad. No para culpar, sino para tomar conciencia.
- Aceptar el dolor como parte del proceso
No se trata de olvidar, sino de elaborar. La infidelidad rompe un proyecto, y eso duele. Pero el dolor también puede abrir una nueva etapa de crecimiento personal.
- Construir una nueva narrativa vital
Redefinir su vida sin el “nosotros” como centro. Empezar a vivir para sí misma: con proyectos, vínculos y placeres propios.
- Decidir desde la conciencia
La psicoterapia no impone quedarse ni separarse, sino acompañar la decisión de forma consciente y con autonomía emocional.
- Cultivar el autocuidado y la red de apoyo
Volver a nutrirse con amistades, actividades, intereses y espacios propios. Aprender a sostenerse desde dentro.
La psicoterapia de mujeres en tu proceso de reconstrucción
La mujer rota nos muestra cómo una infidelidad no solo rompe un vínculo, sino que puede romper la imagen que una mujer tiene de sí misma. Pero también puede convertirse en un punto de inflexión, una oportunidad para reconstruirse y vivir más conectada con tus necesidades y tus deseos, siendo más TÚ.
Desde la psicoterapia de mujeres, acompañamos este proceso de reconstrucción: ayudar a sanar la herida, recuperar la identidad y volver a elegir —a la pareja, o a una misma— desde la libertad.
Como escribió Simone de Beauvoir:
“Siempre hay que esperar a que el recuerdo se disuelva, la herida cicatrice, el sol se ponga y la tristeza se desvanezca.”
La infidelidad marca un antes y un después. Pero después puede haber vida, deseo, amor y, sobre todo, una nueva versión de una misma.
Si estás atravesando una infidelidad o sientes que te has ido perdiendo dentro de tu relación, no tienes por qué afrontarlo sola.
En mi espacio de psicoterapia para mujeres en Madrid, te acompaño a reconstruir tu autoestima, reencontrarte contigo y tomar decisiones desde la serenidad, no desde el miedo.