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Saber despedirnos de una relación como cae la hoja de un árbol

Reflexión: Saber despedirnos

Estaba reflexionando sobre la dificultad en saber despedirnos, saber aceptar que algo se ha acabado. Despedirnos, es decir, adiós. Saber despedirnos es una tarea complicada, muchas personas prefieren quedar enganchados en relaciones cómodas, tóxicas, seguras, infelices, infantiles. En la sociedad actual hay mucho miedo a soltarse de una relación, y, atravesar el miedo a la libertad y la soledad con uno mismo. También hay mucho miedo al hecho de mirar al otro a la cara y decirle «adiós».

Despedirse del amor, de una amistad o de cualquier vínculo en estos tiempos parece ser más difícil que nunca. Sin embargo, aprender a hacerlo de manera consciente y respetuosa es clave para crecer y avanzar.

¿Cómo despedirnos bien?

Para despedirnos bien, hay que reconocer lo que hubo de bueno en la relación, y, saber agradecerlo. Si ha habido una relación, del tipo que sea —laboral, amorosa, de amistad, terapéutica—, por un tiempo, hubo un vínculo que merece ser honrado y respetado.

Lo complicado de una despedida no es la acción de decir ‘adiós’, es aprender que ese adiós significa prescindir y, sobre todo, continuar.

Cuando una relación se “seca” hay que soltar

Las relaciones, al igual que las hojas de los árboles, hay que saber soltarlas. Como dice María Toro, en su libro “La Sabiduría de Vivir”:

El árbol no tira las hojas, las hojas no se caen. Las hojas cuando se secan, se sueltan, se lanzan a vacío del aire; esta es la sabiduría a aplicar en las relaciones.

Esta metáfora es una lección profunda que podemos aplicar a nuestras relaciones: cuando algo ya no tiene vida, es momento de dejarlo ir de forma natural, sin forzar ni resistirse.

Visualizarnos la felicidad tras el ‘adiós’

Lo que queda después de una relación es lo que hemos aprendido: las cosas buenas y las malas. Debemos soltar, aceptar y aprender a seguir viviendo con la parte que nos ha dejado y que nos hace ser lo que somos.

Lo que hemos vivido no nos lo quita nadie, no se puede ir con el otro; el otro se va y las vivencias se quedan en nosotros y perviven y traspasan la relación. Quizás son cosas que no queremos repetir, quizás son cosas buenas que anhelamos volver a repetir y disfrutar en otra relación.

Elige cómo despedirte

Sé consciente de lo que deseas para tu vida. Reflexiona:

  • ¿Quieres persistir y aferrarte a algo que ya no es?
  • ¿Prefieres esperar a un viento fuerte que te saque de la relación de manera abrupta y dolorosa?
  • ¿O decides soltarte a tiempo y aprender a vivir en libertad?

Soltar es un acto de valentía que nos permite encontrar la paz y la plenitud.

Inspiración poética para aprender a soltar

En el poema de Jorge Luis Borges, incluido en El Otro, el Mismo (1964), encontramos una reflexión profunda sobre la pérdida y la aceptación. Sus palabras nos invitan a abrazar el dolor como parte de la experiencia de vivir, pero también a reconocer la riqueza que deja cada vínculo en nosotros.

I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado,
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Soltar para vivir plenamente

Despedirse no es fácil, pero es un acto necesario para continuar creciendo. Reconocer el poso de una relación, agradecerlo y aceptar el final nos permite vivir con más libertad y consciencia. Recuerda: el adiós no es un fracaso, es una oportunidad para reinventarte y abrirte a nuevas experiencias.

Si quieres aprender a despedirte bien, de manera consciente y respetuosa, puedo ayudarte.

Soy psicóloga en Madrid, zona Plaza Castilla.
Contacto: 660-51-86-62

✉️ Email: elenacocho@gmail.com

Imagen IG @perezandres

 

 

 

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El blog de Coaching-Gestalt es un espacio para compartir. Encontrarás artículos relacionados con psicología, coaching, lecturas recomendadas, reflexiones en modo de historias sobre el Camino de Santiago. Me gustará recibir tus comentarios y te aclararé las dudas que te puedan surgir sobre los temas desarrollados.

Elena Cocho

Realizo terapia individual con adultos, atiendo parejas, asesoro a padres en temas de educación y de gestión de emociones, acompaño a ejecutivos y directivos en sesiones de coaching e imparto talleres.

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