Consejos para una buena convivencia en pareja
Nos pasamos mucho tiempo intentando encontrar pareja, pero, ¿qué sucede cuando la tenemos? ¿Cuidamos de nuestra relación como cuidamos de nuestros hijos? ¿La respetamos, la escuchamos, nos interesamos por su mundo? Reflexionar sobre estas cuestiones es clave para fortalecer la relación y evitar conflictos innecesarios.
Todos los modelos de pareja son válidos
Existen muchos modelos de pareja: casadas, homosexuales, parejas que viven separadas geográficamente, parejas de hecho, con hijos, sin hijos, con hijos adoptados, parejas que viven en casas diferentes… No hay un modelo mejor que otro, lo importante es que el elegido haga feliz a ambas partes.
Algunas personas encuentran más fácil convivir juntas, mientras que otras prefieren mantener su propio espacio. La clave está en ser honestos con nosotros mismos y elegir un modelo que se adapte a nuestras necesidades sin autoengaño ni imposiciones externas.
Comunicación emocional y negociación
La comunicación sincera y empática es fundamental para el bienestar de la pareja. Cuidar la relación en el día a día, en los pequeños detalles, ayuda a fortalecer el vínculo y evitar que la convivencia se convierta en un campo de batalla.
Es esencial aprender a pedir y también a dar. Para ello, primero debemos identificar qué queremos y después arriesgarnos a expresarlo. Aunque puede existir el miedo al rechazo, también existe la posibilidad de recibir un sí.
Asimismo, aprender a dar y ser generosos es clave. Tratar a nuestra pareja con la misma ternura con la que tratamos a nuestros hijos puede marcar una gran diferencia en la convivencia.
La pareja evoluciona con el tiempo
La relación de pareja no es estática; cambia con los años. Al igual que nuestros gustos evolucionan con la edad, la pareja también se transforma. Los acuerdos y expectativas pueden modificarse con el tiempo, por lo que es fundamental mantener una comunicación abierta para expresar necesidades y establecer límites claros.
Vivir en pareja requiere paciencia. Muchas veces idealizamos el amor basándonos en las películas románticas, pero la realidad es que la convivencia puede ser desafiante y, a la vez, profundamente enriquecedora.
Desidealizar la pareja
Algunas personas esperan que su pareja les proporcione todo lo que necesitan, pero esta expectativa puede generar frustración. La pareja es un compañero de vida, no un proveedor de felicidad absoluta.
Mantener un círculo de amigos y realizar actividades fuera de la relación es saludable. Buscar un equilibrio entre la vida en pareja y la individualidad fortalece la relación y evita la dependencia emocional.
Cuidar y nutrir la relación
Al igual que una planta necesita atención para sobrevivir, la pareja también requiere cuidados, tiempo y dedicación. Sin este esfuerzo, incluso la relación más sólida puede deteriorarse.
Beneficios de hacer terapia de pareja
La terapia de pareja es una inversión en la relación. Muchas veces encontramos excusas para evitar afrontarlo (“por los hijos, por la hipoteca, por la familia”), pero intentarlo puede marcar la diferencia.
Acudir a terapia de pareja permite:
- Mejorar la comunicación y la comprensión mutua.
- Aprender estrategias para resolver conflictos de manera saludable.
- Recuperar la conexión emocional y la complicidad.
- Reforzar la confianza y el respeto mutuo.
- Redescubrir el propósito de la relación y establecer objetivos en común.
Cuando detectemos los primeros síntomas de que algo no va bien en la relación, no esperemos a que se rompa. Buscar ayuda profesional a tiempo puede marcar la diferencia entre salvar una relación valiosa o lamentar no haberlo intentado. Invertir en terapia de pareja es apostar por el crecimiento, la comprensión y el amor compartido.
«Si deseas mejorar tu relación de pareja, contáctame para una consulta personalizada». Soy psicologa y psicoterapeuta de parejas, tengo el despacho en la calle de la Infanta Mercedes, 92. Madrid (zona de Plaza de Castilla).
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