¿Cuáles son tus retos y objetivos para el nuevo año?
Muchas personas al comienzo de un año nuevo se fijan nuevos retos y objetivos: adelgazar, retomar las clases de baile, mejorar mi nivel de inglés, ver más a mis amigos…
¿Sabes lo que sucede en la mayoría de los casos? Que los objetivos se quedan en el olvido. ¿Por qué suele sucedernos esto?
Algunas veces los retos son exigencias derivadas de una imagen idealizada de nosotros mismos que queremos proyectar socialmente pero no tienen relación con nuestros deseos. Los deseos nos conectan con la salud. El refrán popular “sarna con gusto no pica” refleja bien lo que implica hacer las cosas siguiendo nuestro deseo. Cuando deseamos estamos contentos, motivados, gestionamos bien el esfuerzo que conlleva las tareas del reto. Perseguir una idealización suele dejarnos exhaustos, confusos, ansiosos, desmotivados, embrollados …
Otras veces nos marcamos los retos como expectativas pero no estamos dispuestos a realizar la inversión que requiere: tiempo, esfuerzo físico, dinero, etc.
¿Cómo se trabajan los objetivos en coaching?
Cuando comienzo un proceso de coaching, donde es habitual trabajar con objetivos, suelo preguntar: ¿Qué objetivos tienes? ¿Para qué te has marcado dichos objetivos? ¿Qué estás dispuesto a hacer para conseguir dichos objetivos?
Algunas personas no saben responder a estas preguntas, bien porque no saben lo que quieren, ya que hacen lo que la empresa, su pareja, sus familiares les dicen que tienen que hacer…
Imaginemos una meta: “Quiero vivir en X ciudad” ¿Para qué? Posibles respuestas: para sentirme libre, para conocer gente interesante, para tener más ocio, para conseguir un trabajo mejor. ¿Y para qué quieres lo anterior? Ahí la cosa se va poniendo complicada, muchas personas no saben qué contestar. El coaching te ayuda a seguir indagando hasta llegar a lo que realmente es esencial y saludable para ti.
¿Te das cuenta de la importancia del para qué?
El impacto del para qué es fundamental en el proceso. De nada te sirve tener objetivos si luego te pierdes por el camino. Hay veces que, al primer traspié en la consecución de un objetivo, abandonamos porque no podemos con la frustración que sentimos. La decepción, la sensación de fallar, y la frustración son emociones que nos desenfocan e incluso nos paralizan.
La forma de reaccionar y de sobreponernos a nuestros traspiés está influenciada por nuestra personalidad, por la implicación y el compromiso con nuestro objetivo. Cuanto más implicados estamos con el objetivo, más motivación tenemos y más fácil seguir activos sin desenfocarnos.
Te acompaño si quieres revisar tus retos y objetivos para el 2022 y realizar algún cambio significativo.
Foto:@perezandres