Hobbes y Maquiavelo coincidían que el miedo es la emoción política más potente y necesaria. Kurt Goldstein, escribió: “no existe mejor medio de esclavizar a la gente y de destruir la democracia que crear en las personas un estado de miedo. Uno de los pilares básicos del fascismo es el miedo”
El miedo es una emoción individual pero contagiosa, o sea, social. El contagio del temor nos permite hablar de “miedos familiares”, y de “miedos sociales”. El miedo produce un tripe estrechamiento de la conciencia: corporal, psicológica y conductual.
Corporal: sólo se experimenta el cuerpo como una vivencia opresiva, por ello solemos sentir ansiedad y/o angustia.
Psicológica: el mundo sólo se ve como un lugar de amenazas. Se da una visión en túnel, se está siempre pendiente de la amenaza, por eso hay muchos pensamientos “obsevivos”.
Conductual: todas las energías se concentran en el objetivo de estar alerta, presto a huir o realizar los rituales que liberen momentáneamente la angustia , por ello podemos llegar a generarnos rituales.
La lucha contra el miedo excesivo pasará por ampliar estas tres visiones en túnel, corporal, psicológica, conductual
Hay miedos normales y miedos patológicos. Los miedos normales son adecuados a la gravedad del estímulo y no anulan la capacidad de control de respuesta. Los miedos patológicos corresponden con una alarma desmesurada tanto en su activación como en su regulación. Se disparan con demasiada frecuencia y con umbrales de peligrosidad muy bajos
Antídotos del miedo
Platón decía que el valor es el puente que une el deseo y la razón. Para Spinoza la valentía era el deseo del hombre para perseverar en su ser, de acuerdo con los dictados de su propio ser. La valentía es la libertad en acto. ¿Se puede actuar con valerosamente tan sólo por la fuerza de la voluntad?. Los que trabajamos como terapeutas sabemos que no, que se necesita un trabajo profundo autoconocimiento, de desarrollar nuestra autoconfianza, la capacidad para conmovernos ante los demás y ante nosotros mismos y nuestros «errores».
La posibilidad de control y de prevenir son los falsos antídotos del miedo y amigos de la ansiedad y el estrés.
Sólo el amor vence al miedo
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