Qué es el duelo
El duelo es una reacción natural y necesaria para superar la perdida.
El duelo es dolor, es uno de los dolores más intensos, desbordantes y confusos que el ser humano puede llegar a sentir.
Es un dolor biológico, ya que duele el cuerpo. Físicamente el dolor se manifiesta en diversas zonas del cuerpo y frecuentemente cerca del corazón.
El dolor es adaptativo, sano y natural
Todos los seres humanos hemos perdido algo o alguien y hemos renunciado a algo: el trabajo, nuestra libertad debido al confinamiento, el trabajo, la vida anterior a la pandemia, la rutina diaria, la salud, seres queridos, el contacto real con nuestro círculo social.
Podemos decir que todos, en mayor o menor medida, estamos de duelo.
Fases del duelo
Elisabeth Kübler-Ross investigó sobre el duelo y llegó a definir una serie de etapas por las que atravesamos cuando estamos de duelo:
1. SHOCK
Es un primer impacto brutal que provoca un estado semejante al shock. Suele ser un primer estado de adaptación psicoemocional del organismo, nos protegemos y no nos llegamos a creer que esto está pasando.
2. NEGACIÓN
La negación es adaptativa, ya que vamos a negar lo sucedido hasta que tengamos las fuerzas o la valentía de enfrentar y empezar el camino que nos lleva a la aceptación de la realidad.
Si estamos al lado de alguien en fase de negación hay que tener paciencia y esperar a que vaya reaccionando y atreviéndose a reconocer lo que ha sucedido y poder verse en el dolor de la pérdida.
3. IRA
La ira se manifiesta cuando menos nos lo esperamos, ante pequeños estímulos surgen oleadas de intensas emociones que pueden ser: rabia, culpa, confusión, tristeza, desolación, frustración, irascibilidad, etc.
Esta etapa estamos enfadados y rabiosos con el mundo entero.
4 . LA CULPA Y EL MIEDO
La culpa es muy frecuente y suele venir acompañada por pensamientos del tipo “¿podría haber hecho algo que no hice?”
Los autorreproches son frecuentes: “si hubiese actuado de otra manera quizás la situación hubiese sido distinta”.
5. NEGOCIACIÓN
Los pactos o negociaciones con Dios o fuerzas externas son frecuentes. Negociamos, proponemos cualquier cosa con el afán de que se produzca un milagro.
6. DEPRESIÓN – TRISTEZA
La depresión y la tristeza son grandes aliados en el proceso de duelo ya que nos va a permitir estar quietos y recogidos, sensibles y abiertos a nuestro dolor.
7. ACEPTACIÓN
Es el estado en que somos capaces de reorganizar nuestra vida sin la persona querida.
El proceso del duelo finaliza cuando podemos recordar al difunto con serenidad e incluso rememorarlo con alegría por lo mucho que vivieron juntos y el agradecimiento por todo lo que aportó y que seguirá dándole, ya que sigue presente en el interior de la persona.
Las personas se van, el amor permanece.
Despedidas y rituales
Los rituales nos ayudan a integrar el dolor. El ritual es algo simbólico y nos permite poder comenzar a elaborar el duelo.
En la actualidad, debido a la pandemia, no podemos velar a nuestros difuntos y las despedidas de nuestros seres queridos se hacen más complejas.
Una alternativa, mientras dure el confinamiento, es realizar un ritual online: quizás podemos rezar juntos, o leer una poesía. Crear un espacio colectivo para expresar nuestras emociones, hablar de la persona que ha fallecido: qué nos ha aportado, cuál ha sido su legado, qué he aprendido de esta persona… y llorar juntos.
Una vez acabe el confinamiento y se permitan las reuniones de personas es recomendable realizar un ritual presencial.
Elaborar el duelo lleva un tiempo, en estos momentos, es posible que haya muchas personas que estén ancladas en la fase de negación o de ira y que les resulte más complejo elaborar el duelo y aceptar la pérdida.
Cuando no somos capaces de aceptar la pérdida el duelo se puede enquistar y se puede convertir en un duelo patológico.
Si sientes que no puedes elaborar tu duelo pide ayuda.